Érase una vez un granjero gordo, grandote y feo que tenía una granja de vacas. Él se llamaba Antonio y su mujer Catalina. También tenían una hija, llamada Alejandra.
Un día su hija Alejandra se fijó en que todas las vacas que comían de una pradera por allí cercana se volvían raras; quería descubrir lo que pasaba. Y llevó a las vacas a que comieran allí.
Una noche observó, escondida en el establo, que saltaban, bailaban, cantaban y volaban. La niña dejó el escondite, las vacas la vieron y se hicieron las dormidas. La niña les habló diciéndoles:
-Confiad en mí nunca revelare vuestro secreto, sé que sois mágicas.
Las vacas le hicieron caso y una de ellas contestó.
-Confiaremos en ti, pero promete que nunca revelarás nuestro secreto.
Alejandra dijo que jamás las traicionaría.
Al día siguiente el padre vio que las vacas tenían un comportamiento raro ydescubrió que eran mágicas, él quería hacerse rico a costa de eso, pero la niña no quería y ayudaba a las vacas para que cuando alguien las mirara no las viera mágicas.
Antonio decía que tenía unas vacas mágicas por la radio, la televisión, los periódicos, etc.
En el periódico vio Alejandra que ponía: “EL HOMBRE LOCO. Un hombre dice que sus vacas son mágicas”.
La niña, riéndose, convenció a su padre de que estaba equivocado. La gente pronto se olvidó del tema y, con ayuda de Alejandra, las vacas salían por las noches a hacer buenos actos, ayudando a la gente y atrapando ladrones
Un día su hija Alejandra se fijó en que todas las vacas que comían de una pradera por allí cercana se volvían raras; quería descubrir lo que pasaba. Y llevó a las vacas a que comieran allí.
Una noche observó, escondida en el establo, que saltaban, bailaban, cantaban y volaban. La niña dejó el escondite, las vacas la vieron y se hicieron las dormidas. La niña les habló diciéndoles:
-Confiad en mí nunca revelare vuestro secreto, sé que sois mágicas.
Las vacas le hicieron caso y una de ellas contestó.
-Confiaremos en ti, pero promete que nunca revelarás nuestro secreto.
Alejandra dijo que jamás las traicionaría.
Al día siguiente el padre vio que las vacas tenían un comportamiento raro ydescubrió que eran mágicas, él quería hacerse rico a costa de eso, pero la niña no quería y ayudaba a las vacas para que cuando alguien las mirara no las viera mágicas.
Antonio decía que tenía unas vacas mágicas por la radio, la televisión, los periódicos, etc.
En el periódico vio Alejandra que ponía: “EL HOMBRE LOCO. Un hombre dice que sus vacas son mágicas”.
La niña, riéndose, convenció a su padre de que estaba equivocado. La gente pronto se olvidó del tema y, con ayuda de Alejandra, las vacas salían por las noches a hacer buenos actos, ayudando a la gente y atrapando ladrones
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